Medieval

martes, 12 de julio de 2011

Kind of cold

En realidad, es probable que esto no sea más que otra moda por la que me dejo arrastrar.

Según pasa el tiempo me voy dando cuenta de que cada vez me importan menos las redes sociales, y el msn, y toda la pesca, y es más y más evidente que la gente que de verdad importa esta ahí, la tengas o no agregada, te deje o no comentarios. Así que, ¿por qué un blog?

Pues ni idea, oye. O, bueno, ya digo, por dejarme llevar. También porque soy una fanática de esos rincones escondidos del mundo, de esos refugios que gritan por los cuatro costados que están hechos para ti. Como el idílico Mundo-Manta (¡qué falta me haces en invierno! XD). O también, es posible, porque hay veces en las que pongo los dedos sobre las teclas y me noto la palabra como entumecida, y entonces lo dejo, lo voy dejando. Hasta que, como hoy, me doy cuenta de que ha pasado un curso y de que no he terminado ni una sola novela, y sin embargo, se me han ocurrido mil ideas para escribir. Así que intento forzarme. Y una manera tan buena como cualquier otra es llevando un blog e intentando ser organizada por una vez en mi vida, que, después de veinte años, una diría que ya toca.

No sé. Igual me está pasando como siempre, que acabo metiéndome en camisas de once varas como por arte de birlibirloque.