Medieval

jueves, 8 de septiembre de 2011

El mundo de las fieras

Últimamente me ha vuelto a dar por escribir poemas extraños. Este, en concreto, surgió tras una conversación analítica bastante "insightful" que tuve con Anyina acerca de mi familia ^^' (aunque a ella no le gustó mucho el poema XP). En fin, ahí va:



El mundo de las fieras
Está devastado y se muere de hambre.

Tierra rota,
Silencio tórrido.
Las raíces nacen pudriéndose
Bajo un cielo como de carne herida
Donde no puede haber sombras
Azules, séquito de gigantes,
Ni secretos.
El sol es un dios que es todo ojos,
Todo luz y fuego amargo
Del que nada puede escapar.
Mira, siempre mira,
Porque no sabe de miserias,
Ni de respirar hasta la última bocanada de agua,
Ni de temblar en la lluvia,
Ni de llorar en el polvo.
Lo ve todo, lo juzga todo.
Y ese es el único amor del que son capaces
Sus párpados en llamas, su pupila cegadora.

Algunas fieras
Aúllan de orgullo y gloria
Porque se saben observadas por Él.
Otras se revuelven de vergüenza,
Porque se saben fieras,
Y en sus remordimientos, muerden de furia y dolor.

El mundo de las fieras es una tierra de ruinas,
De rugidos de humo y huesos secos,
Mundo aterrador de volcanes hambrientos.
Bajo las rocas hay culebras ciegas
Que saben lo que susurran las hojas marchitas:
Cuentos de rabia desgarradora
Y pasiones de hierro,
implacables y retorcidas,
Porque las fieras no saben quererse
Sino en la lucha.
Se aferran con las garras, para no perderse nunca.
En la oscuridad, besan a mordiscos.
Angustia de selva.
Amor de espina y saliva,
Tal es la ternura de las fieras.

Criaturas de guerra,
Piel de oro,
Ojos de bronce.
Acuden a la llamada de lo salvaje
Y la sangre es un torrente de piel en sus sienes,
Un latido poderoso y antiguo
Que lleva en su cresta de océano
Leyendas de garras y colmillos en el barro,
Una promesa enterrada en las zarzas
Que palpita lento,
Como un camino húmedo bajo la piedra.

Las fieras no saben de honor,
Nunca saben.
En su mar hay un pájaro verde con alas de enebro
Que les dice al oído que la solución es devorarse.
Así que engullen sus cicatrices de espiga,
Así que sospechan del lobo en el pecho ajeno.
Las fieras sueñan campos de algas,
Sueñan, y tiemblan de sueño.
Y es que hay una punta de flecha
Esperando en el cielo
A la fiera que lleve con orgullo sus heridas de guerra.

Mundo plano, todo cielo áspero, devastado,
No hay refugio posible entre el trigo y el sol
Y las fieras gritan de angustia porque lo saben.
Todo lo que se esconde en la tierra
Es en sus gargantas, espiral de dientes afilada,
Y el sol lo sabe.
Y las fieras están enfermas, y son fieras,
Y gritan de angustia,
Porque lo saben.

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